15/03/2020
Incertidumbre
El miedo a lo desconocido,
esta preocupación no cesa,
qué concederá el mañana,
incertidumbre nos apresa.
Es el pánico el que acecha,
las alertas ya han saltado,
el cronometró se disparó,
incertidumbre ha librado.
Temor a no tener certeza,
nunca antes se ha vivido,
solo en la fábula acontece,
incertidumbre ha venido.
El coronavirus llegó para cambiar nuestras vidas …
Quien lo podía imaginar… quien lo creyó vislumbrar… tan solo lo habíamos contemplado en la ficción, en películas, series. Pero nadie, ni en la peor de sus pesadillas, ni en el más sombrío espejismo, podía pensar que viviríamos una realidad, como la que estamos viviendo en estos aciagos días. Confinados y, enclaustrados sin salir de casa, para evitar la propagación y, transmisión de un virus muy contagioso y, letal.
Es como una gripe nos decían, un resfriado que afecta a las personas mayores, pero que a los demás, individuos jóvenes y, sanos, no nos contagiará. No hay por qué preocuparse, aquí no tendremos una expansión del virus descontrolada, nos tranquilizaban. ¡Qué ilusos…!
Los primeros casos de esta epidemia, hoy pandemia (pues extendió a la práctica totalidad del planeta), se detectaron en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en la zona central de la República Popular China. Se desconoce el origen el brote, aunque en un principio se pensó que el foco estaba en un mercado de marisco y pescado de esa ciudad. No se sabe si el virus, mutó en algún animal antes de infectar al ser humano.
En la última semana de febrero de año 2020, se detectó un nuevo foco del brote de coronavirus en la Lombardía, región del norte de Italia, país del cual, se propagó rápidamente hasta España y, de aquí, al resto de Europa, con desigual distribución, quizás por las medidas tomadas, y, definitivamente, al resto del mundo.
En España, el primer fallecimiento tuvo lugar en la Comunidad Valenciana el 13 de febrero y, fue detectado en la autopsia posterior, aunque se dio a conocer el 3 de marzo. La rápida transmisión de la infección, principalmente en la Comunidad de Madrid, hizo que se suspendieran todas las clases presenciales desde el miércoles 11 de marzo. Anteriormente, el gobierno incluso alentó a los españoles a acudir a la manifestación del 8 de marzo, por el día de la mujer trabajadora. La precipitación de los acontecimientos, llevó al Gobierno a decretar el Estado de Alarma, por segunda vez en la Democracia, el sábado 14 de marzo. Se ordenó el confinamiento de 47 millones de españoles en sus casas, sin poder salir, salvo lo imprescindible: a comprar al supermercado, a las farmacias y, a desplazarse al trabajo, aquellas personas que pudieran hacerlo. Además, se ordenó tomar el control de todo el territorio nacional y, de algunas industrias y, entidades privadas. Se desplegó al ejército para combatir el coronavirus, ayudando en las labores logísticas, de desinfección y, del montaje de hospitales de campaña. El sistema sanitario se desbordó, saturándose los hospitales; no se aconsejó el uso de mascarillas, porque no había; no se hicieron controles ni cribados, para detectar la infección en la población; no se suministraron en tiempo, equipos de protección individual, incluso en los propios hospitales; las residencias de ancianos sufrieron las muertes de muchos de sus residentes; se instalaron morgues eventuales para asumir el número de decesos; numerosas empresas tuvieron que “echar el cierre” y formalizar ERTES (Expedientes de regulación temporal de empleo), incluso miles de personas se quedaron sin trabajo y, muchas tuvieron que pedir comida, porque no tenían que comer…
Desconocemos qué número de muertes sobrevendrán, cuánto durará esta situación, qué repercusiones sociales, económicas seguirán y, cómo nos recuperaremos anímicamente de este drama. Todo el país está paralizado con la sensación de incertidumbre y, desesperanza que nos embarga a todos nosotros. Aún así, hubo muchas muestras de solidaridad entre la población, demostrando que somos un país generoso, solidario y, entregado y, con la firme convicción en que esta situación terminará y, podamos volver a rehacer nuestras vidas.
Todo esto nos habrá cambiado …