Sinsabores de unos días que se van,
como el eco adormecido de tu cuerpo,
estertores de la cruda realidad,
reticentes, impertérritos al tiempo.
Pasajeros con billete solo de ida,
que transcurren por la senda del destino,
la tristeza, la nostalgia de una tierra,
inusuales compañeros de camino.
Es el fin de la soledad,
ve a la cama, es muy tarde ya,
y tus manos, llenas de qué están,
hasta pronto, dulce realidad.
Monótona penuria que nos aguarda,
cantinela de momentos parecidos,
calendario como tibia madrugada,
escenarios, personajes repetidos.
Protagonistas volteando sus recuerdos,
cual tamiz de paisajes y retratos,
volverán los fantasmas del pasado,
asediando los cimientos derruidos.