La mirada,
como reflejo del ser,
directa e intensa,
ni esquiva, ni huidiza,
atenta y discreta,
ni ausente, ni aviesa.
Mirada, sí,
profunda y sincera,
ni perversa, ni abyecta,
mirada al fin,
como reflejo del ser.
La mirada,
como reflejo del ser,
directa e intensa,
ni esquiva, ni huidiza,
atenta y discreta,
ni ausente, ni aviesa.
Mirada, sí,
profunda y sincera,
ni perversa, ni abyecta,
mirada al fin,
como reflejo del ser.