Esquirlas tengo,
objetos puntiagudos que tachonan,
astillas enraizadas,
fragmentos que horadan,
restos de metralla,
lascas desprendidas,
cascotes y limaduras,
arrancadas…
de tu puto corazón de piedra.
Esquirlas tengo
y, no sé si llamar a los Tedax,
o quedarme para siempre hecho añicos.