13/06/2017

No tengo nada,
ni sé como llegué hasta aquí,
desperté de mi sueño,
sin elegir este infierno,
crucé al otro lado,
desposeído me encuentro,
en la calle y sin techo,
me avergüenzo por dentro,
abandonado a mi suerte,
infeliz y con mucho miedo,
de olvidar lo que fui,
se es que hubo un pasado,
el presente no es vida
y, el futuro ya ha llegado.

El destino es puro azar…
hoy tú y, mañana, ¿quién sabe?

(A los usuarios de la Iglesia de San Antón, durante el tiempo que ejercí como voluntario para Mensajeros de la Paz)

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