Me resisto ya a irme,
a dejar por siempre un vacío,
no puedo despedirme,
aunque sienta angustia y hastío.
Qué pena marcharme,
sin perdón, cariño ni olvido,
no quieras así llorarme,
pues siento mucho lo vivido.
Adiós, mundo cruel,
adiós, pueblo mío,
llegó mi última hora,
adiós, mi desvarío.