16/05/2019
Soy un bicho raro, me confío, encomendándome a los dioses, pero no me hacen caso, los hombres me fustigan, acosándome entre dientes, vapulean mi autoestima, castigan lo inusual, entre absurdo…
Soy un bicho raro, me confío, encomendándome a los dioses, pero no me hacen caso, los hombres me fustigan, acosándome entre dientes, vapulean mi autoestima, castigan lo inusual, entre absurdo…
En la lóbrega tierra, donde yacen los recuerdos, revolví la simiente, esperando verla crecer y, no obtuve respuesta, la luz no se ocupó, no supo o no llegó, evitó que…
¡¡Pasa la pelota!! ¡¡No chupes tanto!! me dije a mi mismo, estando solo, jugando.
Tuve una sola idea y, ella me hizo amarte, como luz que iluminar, a escondidas, desnudarte, entre líneas comprender, los silencios, acunarte y, en lienzo esbozar, caricias revelarte, así, cuerpos…
Querré cansarte, cabalga, cabalga monta cobarde, que la dicha es larga.
Utilízame, como arma arrojadiza, volveré por mis fueros, cortando ya el aire, para dar en la diana y, ganar a los puntos, sin tener competidores, sin dar explicaciones, fundiéndonos juntos,…
Te quiero, hasta la náusea, sentir el vértigo, la pendiente, el vacío, el desvanecimiento y, la ausencia, te quiero y, no quiero perderte.
Te sostuve, llevándote en volandas, los pies desnudos, levitando ya sin andas, no me inculpes, sin mí, tú te agrandas y, me infringes la desidia, las demandas.
Si me matas, remátame… para que no piense más en ti, para que pueda al fin olvidarte, Si me matas, remátame…