La rana le dijo a la princesa,
dame un beso me interesa,
que me torne, pues soy presa,
del hechizo que me pesa.
La princesa le dijo a la rana,
yo no puedo pues soy dama,
los batracios no dan fama,
pues ya otros, cardan lana.
Y, la rana triste y pesarosa,
a la princesa pidió penosa,
tan solo un beso, sé piadosa,
y, convertirme en otra cosa.
La princesa cedió a la rana,
un beso puro salió del alma,
por fin la rana tuvo calma,
en príncipe mudó su drama.