Raspo
Raspo la pátina y, no encuentro nada,
me empeño en limpiar lo que ensucio,
doy muchas capas sin haber retirado,
cubro esta ruina con papel decorado,
grabando impronta en tinta invisible,
sin cepillarme las marcas maleables,
los estigmas que anuncia mi cuerpo,
son la condena sin haberme juzgado.