Eres el aguijón,
que siempre punza en mi estómago,
y siento arcadas,
pues sé que te clavarás para siempre,
no pararás hasta que te vierta.
Eres el aguijón,
que siempre punza en mi estómago,
y siento arcadas,
pues sé que te clavarás para siempre,
no pararás hasta que te vierta.