Si, sí me acostumbro,
a ver muertos en la tele,
destrozados por las balas de los obuses,
a medio cubrir y con los pies a la vista,
como muñecos de trapo tirados en el suelo,
sin vida, exangües,
siendo como tú y yo, unos minutos antes.
Si, sí me acostumbro,
a ver las noticias diarias,
noticias desagradables, ingratas, terribles,
pero ahí sigo,
comiéndome mi superhamburguesa,
con queso, beicon y todos los extras,
sin enterarme de que su carne,
está compuesta de sangre y entrañas,
eso sí, de terneritos muertos,
y no de esos que se ven en la tele,
¡por Dios!
aunque los vea a diario
y, siga con mi vida, como si nada pasara…