Luché en cruel arena
y, el cielo gris se pronunció,
con sollozo y triste pena,
por el amor que perdió.
Cumplí ya mi condena
y, la vil sentencia ejecutó,
el verdugo y la cadena,
por el amor que perdió.
Asistí a una novena
y, la grieta se acrecentó,
el telón cubrió la escena,
por el amor que perdió.