Se me hizo bola tu huida,
me atraganté,
y, el abandono se instauró,
no pude ni quise deglutir,
la marcha me asfixió,
atorado, sin resuello,
ni aire, ni color,
es ahogo lo que tengo,
un agobio del copón,
miseria irremediable,
tu partida me dejó,
lívido y macilento,
huérfano por tu deserción.