Invierno helado
Aquel invierno sufrimos lo indecible,
vimos agrietarse nuestros muros,
la debacle se instaló desde el inicio,
minando la moral y los buenos augurios.
No pudimos resistir a los atacantes,
aguantando con audacia y, valentía,
derribaron nuestros firmes baluartes,
y, todo fue el caos, ya nada renacería.