Sencillamente, se acabó
Hasta aquí hemos llegado,
cruzando páramos y, desiertos,
haciendo frente a ventisqueros,
tormentas heladas, aguaceros.
Éste habrá sido nuestro término,
el esfuerzo se volvió sofocante,
malgastamos humores y, sangre,
el camino fue lucha constante.
No formulamos queja, protesta,
ni desfallecimos al desespero,
aguantamos cual bravos leones,
permanecimos con rostro fiero.
Pero estas fuerzas mermaron,
el impulso se nos fue apagando,
sencillamente, todo se terminó,
y, la energía se nos fue volando.
Ahora, aunque desmotivados,
somos personas más sumisas,
no afrontaremos nuevos retos,
ni haremos frente a las prisas.