Te quiero,
como se quiere a un hijo,
sin preguntar, sin cuestionar,
como se quiere a la carne de tu carne,
a la vida que has engendrado,
aunque me reniegues, me olvides o rechaces.
Te quiero,
pues eres mis entrañas
y yo nunca de dejaré.
Te quiero,
como se quiere a un hijo,
sin preguntar, sin cuestionar,
como se quiere a la carne de tu carne,
a la vida que has engendrado,
aunque me reniegues, me olvides o rechaces.
Te quiero,
pues eres mis entrañas
y yo nunca de dejaré.