Espejismos de una falsa realidad,
no es lo mismo, el oír que el escuchar.
nuestras vidas, manejadas por mensajes,
falsos Dioses, subidos en pedestales.
Somos súbditos de una escala de valores,
que varían si así quieren los consumidores,
es la regla: competencia desleal,
por la ley: selección natural.
¿PARA QUÉ ESTÁ LA CABEZA, SI NO ES PARA PENSAR?
DILUCIDEMOS ESTA TRETA, HAY QUE BUSCAR Y COMPARAR.
PARECEMOS ROBOTS, CON TORNILLOS EN LA MENTE,
¿DÓNDE VA VICENTE? ¡DONDE VA TODA LA GENTE!
Sociedad de consumo material,
desechando lo humano y espiritual,
como hormigas en la misma dirección,
estamos locos, ¿dónde está ya la razón?
Chaqueteros en un mundo de desprecios,
solo el fin, justifica ya los medios,
irrumpimos como elefantes en cacharrerías,
seamos cuerdos y, dejémonos de tonterías.
¿PARA QUÉ ESTÁ LA CABEZA, SI NO ES PARA PENSAR?
DILUCIDEMOS ESTA TRETA, HAY QUE BUSCAR Y COMPARAR.
PARECEMOS ROBOTS, CON TORNILLOS EN LA MENTE,
¿DÓNDE VA VICENTE? ¡DONDE VA TODA LA GENTE!
(Cuando escribí el Pregón de mi Hermandad -Juventud- de Semana Santa, en el año 1995, me basé en la idea que trasmite este texto, para fundamentar parte de mi discurso. La materialidad frente a la espiritualidad. La capacidad de pensar y, decidir por uno mismo, frente al borreguismo ilustrado. Creo, que no hemos cambiado mucho desde entonces).