Por tonto
Cogí la sartén por el mango
y, a todos me adelanté,
me saltó aceite a la cara,
por gilipollas, así me quemé.
Agarré el toro por los cuernos
y, a todos me anticipé,
la asta me rompió los huevos,
empitonado, así me quedé.
Me la lie con papel de fumar
y, a fe que no me manché,
quise vencer y, ser el primero,
en mis gayumbos, me oriné.