Dame tu amor de golosina,
ingenuo y pueril,
tus besos de terrón de azúcar,
dulces y melosos,
rodéame con tus tiernos brazos,
y dame un fuerte apretón,
acaríciame con tus yemas, son consuelo,
limpia mis lágrimas,
por ti suspiro y muero,
tú eres mi pequeña, ni niña,
mi hija querida.
(Dedicada a Malena y Martina)